sábado, 21 de marzo de 2009

¿ Plan estratégico o proyecto de nueva educación ?

José Ramos Bosmediano, miembro investigador de la Red Social para la Escuela Pública en América, ex Secretario General del SUTEP.

Por el artículo Una tregua, Ministro, de Constantino Carballo (La República de lima /19/01/2008, p. 18), propietario del Colegio privado “Los Reyes Rojos”, miembro del Consejo Nacional de Educación y uno de los “expertos” más consultados por los medios de comunicación, sobre educación, nos enteramos de la existencia del Plan Estratégico Sectorial Multianual2007-2009 (PESEM), que según Carballo, debería ser la “biblia del sector”, una especie de matriz desde la cual debieran de emanar todas las medidas e iniciativas ministeriales en materia de educación. Pero el autor se sorprende de que no sea así, pues, el Ministro, desde julio del 2006, viene aplicando medidas supuestamente ajenas al mencionado plan estratégico. Y nos sorprende más que Carballo, siendo miembro del Consejo Nacional de Educación, no sea consultado para la evaluación de los maestros con los criterios empíricos que se vienen aplicando, para lanzar la “gran idea” del tercio superior, para la selección de estudiantes secundarios que tendrán el derecho exclusivo de becas para su futura formación magisterial, para seleccionar profesionales de “gran nivel” de carreras no pedagógicas que serían sometidos a una preparación intensiva de seis meses a efecto de convertirse en maestros de aula y trepar todos los niveles del escalafón magisterial al margen de la nefasta Ley de Carrera Pública Magisterial que, dicho se a de paso, quedaría como una fórmula muerta para el “nuevo magisterio”, sólo aplicable a los actuales maestros que no tienen derecho a ningún incremento de sus haberes, pues están considerados como ineptos y “mediocres” (Ministro dixit).

Carballo puede tener razón cuando exige que las medidas de política educativa deben adecuarse a lo que está planificado, supuestamente planificado. Pero se equivoca cuando exige planificación a un gobierno que concibe al Estado como un mero instrumento de la economía de libre mercado en un país, como el Perú, que desde la década de los 90 ha ingresado a la órbita de la economía neoliberal, cuyas políticas sociales son simplemente subsidiarias de los marcos macroeconómicos fijados por los organismos internacionales de dominación capitalista imperialista y su globalización actual. No ha sido casual que la Ley General de Educación, vigente desde el 2003, fue originalmente denominada “Ley Marco de Educación”, denominación que dice mucho de su generalidad sujeta a decisiones imprevisibles para sujetar las políticas educativas concretas a los requerimientos de la “reforma del Estado” que busca la consolidación del proyecto neoliberal en el Perú, el avance de la privatización de activos y servicios sociales, la desregulación laboral y los mayores privilegios para el gran capital. La planificación para los neoliberales carece de contenido social, niega lo colectivo y concentra su atención en la planificación “estratégica” de espíritu empresarial y, en lo que atañe a la administración estatal, de “costo-beneficio”. Aplicada a la educación, la “planificación” diseñada por el actual Ministerio de Educación lo único que busca es disminuir las responsabilidades económicas y laborales del Estado respecto a los servicios educativos y a los maestros. Por eso aplica las políticas magisteriales de mayor empobrecimiento para los docentes, utilizando la careta de las evaluaciones que hoy pretende aplicar también a los docentes universitarios como condición para la homologación que la ley determina.

Resulta que hoy el Perú tiene, por lo menos, tres proyectos educativos. Uno, la Ley General de Educación del 2003, de corte neoliberal y de cuyos contenidos privatizadores no podemos ocuparnos en estas líneas, según la cual hasta los empresarios tienen la potestad de planificar y evaluar el proceso educativo. Dos, el Proyecto Educativo Nacional del Consejo Nacional de Educación, que hoy se ha convertido en proyecto oficial del gobierno aprista. Tres, el Plan estratégico...al que se refiere Carballo y que, según él, nada de lo que el Ministro viene ordenando hacer contiene.

No señores neoliberales. Los tres documentos mencionados no son sino expresiones jurídicas y administrativas, cuando no de concepción filosófica – aunque sus autores no logren comprender del todo la filosofía pragmatista que los animan, de las reformas educativas neoliberales que el Banco Mundial y el fondo Monetario Internacional, a través de las cumbres y conferencias internacionales, han venido aplicando desde los 80 en Chile y luego, con mayor generalización, en el resto de los países latinoamericanos, excepto en Cuba y hoy en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, país, este último, donde la vuelta al gobierno de la derecha neoliberal en 1990, hizo retroceder la reforma educativa del gobierno sandinista

Si, como lo sugiere Carballo, el tal plan estratégico es un importante esfuerzo para unificar los distintos planes y convenios internacionales para establecer las prioridades del sector educación, y que está repleto de lo que llaman matrices, objetivos e indicadores, entonces ya sabemos de donde viene y a qué intereses obedece. Con toda seguridad, las necesidades de una profunda reforma educativa en el Perú están ausentes.

Una cuestión que no podemos dejar de lado es la afirmación de Constantino Carballo, que no es la primera vez que lo haace, es la de que el misterioso cambio curricular que anuncia el Ministro Chang anda más oculto que el Evangelio de Judas o que el muy buscado Proyecto Educativo del Sutep (subrayado nuestro). En primer lugar, Carballo ignora que el proyecto curricular que anuncia el Ministro no tendrá nada sustancial a lo ya ha impuesto, en estos últimos 15 años, la reforma educativa neoliberal: su constructivismo, el aprendizaje por competencias, y las “nuevas” habilidades y destrezas para el mundo del trabajo, por supuesto dentro de los parámetros de las relaciones laborales de desregulación y sobreexplotación de los trabajadores, anunciadas por el propio Ministro. Este es el contenido curricular; sus especificaciones concretas carecen de mayor significación.

En cuanto al Proyecto Educativo del SUTEP, si bien hoy tiene poco predicamento por la dirigencia del gremio, cuando se dio a conocerlo en 1992 frente al proyecto educativo neoliberal del fujimorismo que ya se perfilaba en sus elementos privatizadores , los llamados expertos, los dueños de la educación privada, los “lideres” de opinión sometidos a los intereses de las transnacionales, los políticos neoliberales y hasta las ONG ligadas a la educación, simplemente prefirieron ignorar el esfuerzo de los maestros para generar un proyecto diferente a los que, históricamente, han fracasado en el Perú. Ciertos educadores conciben un proyecto educativo sólo y exclusivamente como un asunto curricular, como enseñar y cómo evaluar, importante, por cierto, pero soslayan los principios, los objetivos, el sistema escolar, el papel del Estado, la escuela pública como elemento institucional necesario y excluyente del negocio educativo. Todos estos elementos contiene el Proyecto Educativo del Sutep que fue plasmado en el Proyecto de Ley General de Educación y Cultura. Que Carballo desconozca eso es signo que no ve más allá de los intereses de la educación privada y camina buscando encontrar en el proyecto educativo neoliberal del Ministro Chang los contenidos pedagógicos y los esfuerzos pedagógicos docentes que ha plasmado en su libro Diario Educar, itinerario de las vicisitudes y problemas que debe encontrar –y encuentra- un maestro en su trabajo cotidiano en las escuelas, pero carente de un proyecto de educación pública como bien colectivo, como lo sugiere La educación encierra un tesoro, de la UNESCO (1996). El desprecio que Carballo siempre ha demostrado por el Sutep, concentrando en su dirigencia sus “críticas” desde la atalaya de la educación privada, cuyos maestros carecen de derechos laborales y están impedidos de sindicalizarse por razones obvias, le hace ignorar el proyecto del SUTEP.

Estamos seguros que es imprescindible ensayar una explicación más o menos amplia del proyecto de educación del SUTEP, no para los expertos, que ya todo lo saben y no escuchan sino a los demás expertos, sino para el amplio sector de los maestros, particularmente de los más jóvenes, sometidos hoy a las peores condiciones de contratación y de trabajo que en el resto de América Latina.


Lima, enero 19 del 2008.

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