martes, 5 de agosto de 2014

Cómo dar una clase sin dar una clase.

Dar una clase
Cómo dar una clase sin dar una clase a tus alumnos.

Este título está inspirado en el concepto denominado clase al revés o flipped classroom. El objetivo de esta modalidad de enseñanza es que el trabajo directo en el aula no recae exclusivamente en el docente, sino que se utilizan herramientas y a los propios alumnos para sustituir lo que se denomina tradicionalmente la clase magistral. A continuación te voy a explica en qué consiste lo de dar una clase sin dar una clase y cuál es su utilidad y finalidad.

¿Qué necesitas para dar una clase sin dar una clase?.

De lo que se trata es de sustituir la tradicional clase magistral por una grabación hecha por ti en casa sobre aquello que tienes planificado enseñar en una sesión lectiva. ¿Cuáles son los pasos?
1. Grabar un vídeo sobre el concepto que quieras enseñar a tus alumnos. En este vídeo es muy importante que no sólo enseñes un concepto, sino que deben haber continuas llamadas a la acción, es decir, durante o después del visionado del vídeo tus alumnos deberán realizar algún tipo de actividad. Para realizar una grabación sólo necesitas una cámara que grabe en HD y un trípode. Yo utilizo la Lumix DMC-LX7 y estoy encantado. También se puede grabar directamente del ordenador con el programa Camtasia. La imaginación corre de tu cuenta. Más adelante realizaré videotutoriales con consejos para grabar una clase. Te sorprenderá lo profesional que puede llegar a quedar una clase grabada en vídeo con una buena edición.
2. Editar el vídeo. En mi caso utilizo el programa iMovie para Mac, pero existen editores de vídeo tambo para Windows como para Linux.
3. Subir el vídeo tu Canal de Youtube. Este es el Canal de Youtube de Justifica tu respuesta.
4. Subir el vídeo a la plataforma Moodle de tu centro escolar.
5. Reproducir el vídeo en el aula con la ayuda de la pizarra digital o reproductor.


¿Qué beneficios te puede aportar dar una clase sin dar una clase a tus alumnos?
  • Hay días de la semana en los que tienes una fuerte carga lectiva. El evitar la clase magistral y poder reproducir el vídeo te permite bajar la intensidad de tu jornada escolar.
  • El interés de tus alumnos será mayor visionando el vídeo que escuchándote a ti hablar sobre un concepto.
  • El hecho de que tus alumnos te vean a ti, es un factor para aumentar su interés y su atención, ya que tiene un valor mucho más cercano. Al principio les hará mucha gracias, pero verás como en nada se acostumbran y lo ven como algo normal.
  • El alumno puede consultar en cualquier momento el vídeo ya que está disponible en la plataforma Moodle y en tu Canal de Youtube.
  • En el caso de que quieras que este vídeo sea público en tu Canal de Youtube, otras personas podrán beneficiarse de tus enseñanzas. De hecho, puedes pedir a tus alumnos que lo compartan a través de sus redes sociales.
  • Hay varias formas de que tus alumnos vean el vídeo, no sólo a través de la pizarra digital, sino mediante equipos de trabajo cooperativo. Si quieres saber más sobre cómo se forman los equipos de trabajo cooperativo, aquí te dejo el enlace.
  • Mientras tus alumnos ven el vídeo, tienes la oportunidad de dirigirte a aquellos alumnos que tienen algún tipo de dificultad y darles una atención mucho más individualizada.
  • Además de que te aseguras de que tus alumnos ven el vídeo, también cuentas con la ventaja de que puedes realizar algún cuestionario sobre el mismo para evaluar el grado de atención y comprensión. Recuerda que durante el vídeo deben ser varias las llamadas a la acción, es decir, debes promover que tus alumnos hagan algo más que escuchar tu clase.
Esta es una de las muchas formas con las que las herramientas pueden trabajar por ti. A esto se le llama automatización y te aseguro que sólo es el comienzo. Ni te imaginas la cantidad de actuaciones que tanto tus alumnos como las herramientas pueden llegar a hacer por ti para que así, paralelamente, te puedas dedicar a otras necesidades que un grupo reclama, tanto desde el punto de vista intelectual como emocional.

Muchos ven con reticencia llevar a clavo esta filosofía de trabajo. Otros ven difícil su aplicación aduciendo que no dominan suficientemente las técnicas o las herramientas para su puesta en marcha. A otros docentes les da vergüenza. Para mí son excusas. La escuela del siglo XXI no es una escuela unidireccional, sino una escuela interactiva donde, y ahí viene lo mejor, todo o casi todo está por hacer. ¿Aceptas el reto? Yo ya he empezado.

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